El cava se ha reinventado y su impacto es imparable. Es más que un brindis aunque siempre será el mejor de los brindis con la gran ventaja de que el cava lo podemos tomar a cualquier hora del día. Con el desayuno, la comida, el aperitivo, la cena o durante la fiesta. Nos da un sinfín de opciones, según el estado de ánimo podemos brindar en cualquier momento y en cualquier lugar. Pero si en algún momento se recurre con seguridad al cava es a la hora de tomar el postre. Y es que no hay final de comida que valga si no se sirve con un buen cava. Sin embargo, es imprescindible que el cava armonice con el postre. Mientras que las cremas, flanes y tartas de frutas y pastelería combinan perfectamente con un brut nature, los helados y los sorbetes hacen juego con el Brut rosé. Para las frutas tropicales nada mejor que cava elaborado con variedades blancas y para las frutas rojas un buen Gran Reserva.
También los vinos tienen su lugar de honor en los postres. No hay mejor acompañamiento que un buen vino tinto para unas tarteletas de queso o las fresas de bosque. Es común oír por ahí que el chocolate y el vino no se llevan bien, sin embargo los vinos tintos le aportan los sabores a frutas rojas, las especias; los vinos blancos acompañan al chocolate con las frutas blancas y los cítricos y los vinos maderizados le dan un toque especial de madera, vainilla, café, tabaco, etc.
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